El precandidato a la presidencia de la República, Santiago Peña, admitió en una reunión con dirigentes colorados que desea gobernar el país y darle un poder máximo a Horacio Cartes (sin nombrarlo directamente), para que tome decisiones que él crea conveniente para el “desarrollo” del país desde la ANR.
Peña fue ingenioso con las personas presentes en la charla partidaria, a los mismos explicó que su proyecto de presidir el país es hacerlo de manera conjunta con el líder de Honor Colorado, a quien brindará mucho poder para tomar decisiones y responsabilidades. Los dirigentes apoyaron esta idea ya que indican que Cartes será el próximo presidente de la ANR.
Aparte de esta idea que quiere ejecutar, Peña señaló que apoyará en todos los aspectos (financiero y político) a los presidentes de las diferentes seccionales a lo largo del país, a quienes calificó de ser “personas trabajadoras” que buscan el bienestar de los 2.800.000 afiliados con el que cuenta el Partido Colorado.
Tras esta “confesión”, remarcó que su gobierno será simbolizada con la bandera roja (haciendo alusión a la ANR) y restará importancia a lo que haga la oposición: “No le atacaremos a nuestros adversarios, que los demás partidos hagan lo que quieran. Nosotros tenemos la responsabilidad de buscar lo mejor para los 2.800.000 afiliados”, subrayó.
Por estas personas, señaló que ellos (Honor Colorado) son su máxima esperanza y promete no defraudarlos. Con este «sincericidio» hecho por Santiago Peña, se puede llegar a la conclusión que, si él llega a ser próximo presidente, gobernará de forma conjunta con Horacio Cartes.
¿Y los demás?
Mientras Santiago Peña piensa en buscar el bienestar de los colorados si llega a ganar las elecciones internas y posteriormente las generales, la pregunta del millón es qué pasará con los demás habitantes del país.
Si se realiza un cálculo rápido, Paraguay cuenta con más de 7 millones de habitantes aproximadamente, si se restan los 2.800.000 afiliados a la ANR, el resultado deja más de 3.000.000 libres, es decir más de la mitad de la población. Con esta tesitura se puede determinar que Peña solamente piensa mejorar la calidad de vida de los colorados y de los demás dejarlo con el lema “lo que Dios quiera”.
Fuente: Equipo Periodístico.
